Jornada Jurec (Zárate - Campana) Panel: "La importancia del uso de las herramientas de las nuevas tecnologías dentro del aula."
En la Jornada de  Capacitación Docente de la Jurec de la Diócesis de Zárate - Campana,  tuve la oportunidad de participar en el panel "El vínculo docente-alumno en el siglo XXI , cambios y desafíos" con Juan M. Segura.  Comparto aquí mis apuntes y notas. 
Por otro lado, creo que hace tiempo que como docentes, nos preocupa cómo viven nuestros alumnos su tiempo dentro del aula, los vemos desinteresados, apáticos. Creo que la principal razón es que nuestros alumnos no ven cómo se relaciona lo que sucede en el aula, las temáticas que deben aprender, poco tienen que ver con lo que importa en el mundo laboral o universitario. La tecnología y las herramientas que ésta pone al alcance de nuestras manos es la gran excusa que puede posibilitarnos recuperar la motivación, la curiosidad por aprender. Que nos permite el valor agregado de darle un significado y propósito real a lo que sucede en el aula.
Sabemos que una vez que la tecnología entra al aula, ésta no vuelve a ser la misma. Y también sabemos que la tecnología, por si misma, no hace que un maestro sea mejor; si lo obliga a cambiar, a seguir aprendiendo. Es imposible seguir haciendo lo que hicimos hasta el año pasado cuando intentamos integrar la tecnología a nuestras prácticas.
Para poder preparar a nuestros alumnos para las exigencias que encontrarán en el mundo de hoy necesitamos revisar nuestro rol, nuestro lugar en el aula. Y encaminarnos hacia rol de guías, de facilitadores, de mediadores entre el conocimiento, el medio y los alumnos.
Porque más allá de toda la tecnología, es el docente el que le da valor, sentido y contenido a la tecnología, es más importante que hablemos de pedagogía y no tanto de tecnología, de didáctica y no de maquinas. Porque necesitamos hablar de un modelo pedagógico y no tecnológico. Se trata de integrar ésta excepcional herramienta a nuestras prácticas y no en especializarnos en programas informáticos. No podemos seguir considerando al conocimiento de programas informáticos como separado del conocimiento pedagógico.
Y para que esto suceda es fundamental dedicar tiempo y recursos a la capacitación docente, ya que es uno de los actores fundamentales en este nuevo escenario.
La tecnología forma  parte de nuestra vida, ha irrumpido en lo cotidiano y la escuela no  puede mantenerse ajena a esto. Es imposible imaginar una educación de  calidad que prepare a nuestros alumnos para el siglo XXI, sin incorporar  las herramientas que la tecnología ofrece hoy. 
Por otro lado, creo que hace tiempo que como docentes, nos preocupa cómo viven nuestros alumnos su tiempo dentro del aula, los vemos desinteresados, apáticos. Creo que la principal razón es que nuestros alumnos no ven cómo se relaciona lo que sucede en el aula, las temáticas que deben aprender, poco tienen que ver con lo que importa en el mundo laboral o universitario. La tecnología y las herramientas que ésta pone al alcance de nuestras manos es la gran excusa que puede posibilitarnos recuperar la motivación, la curiosidad por aprender. Que nos permite el valor agregado de darle un significado y propósito real a lo que sucede en el aula.
Sabemos que una vez que la tecnología entra al aula, ésta no vuelve a ser la misma. Y también sabemos que la tecnología, por si misma, no hace que un maestro sea mejor; si lo obliga a cambiar, a seguir aprendiendo. Es imposible seguir haciendo lo que hicimos hasta el año pasado cuando intentamos integrar la tecnología a nuestras prácticas.
Para poder preparar a nuestros alumnos para las exigencias que encontrarán en el mundo de hoy necesitamos revisar nuestro rol, nuestro lugar en el aula. Y encaminarnos hacia rol de guías, de facilitadores, de mediadores entre el conocimiento, el medio y los alumnos.
Porque más allá de toda la tecnología, es el docente el que le da valor, sentido y contenido a la tecnología, es más importante que hablemos de pedagogía y no tanto de tecnología, de didáctica y no de maquinas. Porque necesitamos hablar de un modelo pedagógico y no tecnológico. Se trata de integrar ésta excepcional herramienta a nuestras prácticas y no en especializarnos en programas informáticos. No podemos seguir considerando al conocimiento de programas informáticos como separado del conocimiento pedagógico.
Y para que esto suceda es fundamental dedicar tiempo y recursos a la capacitación docente, ya que es uno de los actores fundamentales en este nuevo escenario.
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